miércoles, 2 de septiembre de 2009

3era Bitacora Renata Raya

La tercera clase inicio como la anterior calentando el cuerpo, evitando lesiones y después caminamos a diferentes velocidades como la semana pasada. 

Después de esto hicimos una media luna y cada quien tenía un numero y había un ritmo que teníamos que seguir, cuando la maestra nos indicaba nuestro turno, teníamos que decir con el ritmo, en mi caso Renata 12. Cuando dominamos el ritmo, hicimos lo mismo pero ahora caminando por todo el salón, teníamos que hacer tres rondas enteras, empezando pero el numero uno al catorce y del catorce al uno. Suena fácil pero no lo es, requiere de mucha concentración, ya que al caminar tu cabeza empieza a divagar y perdemos la cuenta. Me di cuenta como la gente, incluyéndome se desespera y se enoja, cuando ellos mismos también se equivocan. Algo que me sorprendió es que pude mantenerme concentrada durante todo el ejercicio y soy una persona muy distraída.

Tuvimos un pequeño descanso al terminar el ejercicio anterior. Nos dividimos en tres grupos y teníamos que inventar una maquina con nuestro cuerpo. Mi grupo y yo intentamos hacer una maquina que hace tu tarea, otra que le dices que quieres soñar y por ultimo una maquina que te da dinero cuando se lo pides. Otra idea que tuvimos que no actuamos fue la de poder volar. Estas actividades te ayudan a desarrollarte en equipo y son chistosas.

Terminando la actividad anterior, Claudia me llamó al frente junto con Gian Carlos y nos tocó ser los primeros en simular un programa de tele donde había un conductor y un especialista en algo que no existe. Yo fui la conductora y Gian Carlos el especialista en cochinos que vuelan. Aunque estaba algo nerviosa enseguida se me quito y creo que lo hicimos muy bien y más por ser los primeros en pasar. Me encanto hacer esto y me di cuenta que realmente no me da tanta pena actuar en publico.

La ultima activad de la clase  fue horrible, nos juntamos en parejas, mi pareja fue  Fernanda le tuve que vendar los ojos y llevarla por toda la ibero y la tenía que guiar yo, al principio ella estaba muy asustada pero poco a poco fue confiando en mí y me dejo guiarla. Definitivamente odie tener que vendarme los ojos yo y que me llevaran a mí sentía que me iba a estampar con todo, es una experiencia muy fea y me di cuenta que me cuesta trabajo confiar en los demás.

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