miércoles, 9 de septiembre de 2009

Cuarta bitácora. Leonardo

La cuarta sesión de Escénica fue diferente a las otras en varios aspectos. Primero que nada, todos traíamos una flojera impresionante, tanto así que ni siquiera los ejercicios de estiramiento del principio los hicimos bien. Después de los ejercicios, al igual que en las demás clases, comenzamos una especie de juego en el cual se necesitaban coordinación y memoria para salir victorioso y solo los 2 más hábiles del salón logramos el premio de escoger algún snack de las maquinitas expendedoras que nos será entregado en la siguiente sesión. Tras esto, tuvimos que fingir alguna actividad física que realizábamos, nos quedábamos congelados y alguien más debía conectar nuestra pose con alguna actividad propia, la representaba y así sucesivamente. Algo que tampoco fue común en la clase pasada fue que, en la mitad de alguno de estos ejercicios, un celular sonó. El desafortunado dueño del celular resultó ser Giancarlo, quien deberá llevar unas pizzas para la clase siguiente. Para acabar la sesión, fuimos a un torneo de improvisación, evento extremadamente divertido, aunque tal vez no de la forma en que los participantes pretendían. En fin, entre comida ganada y comedia involuntaria, esta ha sido la clase más divertida hasta el momento, creo yo.

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